Todo lo corrupto en Mirrodin está en plena (mal)formación. Las máquinas dominan el plano e infectan con su toque a toda forma viviente que pudiera existir más allá de ellas. Nueva Pirexia está lista para aflorar y mostrarse como lo que es: una abominación...
Existen, sin embargo, débiles fuerzas de resisencia a este indescible poder que ansía con lograr aquello que la vieja Pirexia dejó pendiente. Las máquinas, confiadas en lo que han alcanzado, no atienden al hecho de que su infección haya podido también afectarlas.
Y en medio de esa lucha, la llegada de Karn sellará el destino de unos y de otros en Nueva Pirexia...
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