
Por eso la carta creo que representa bien el espíritu de nuestro querido Norman, además de interpretar esa eterna lucha digna de clásicos como la lucha entre el bien y el mal, Boca y River, elfos y demonios, y es la lucha entre Andy y Nor.
Nor, el escriba solamente puede ser jugado desde el cementerio de un jugador (algo clave para entender el estilo de juego de nuestro amigo) aún cuando la carta tenga un coste irrisorio (¡tomá pibe! ¡¡desearás jugarla desde tu mano y no podrás!!), y entra con contadores X/X cuando "X" es el número de preguntas respondidas por Norman a Andy durante el juego. Con ello sobra decir que Nor, el escriba va a ser SIEMPRE un bicho grosso...! :-P
Como detalles, la carta hace que el propietario pida la pizza de todos los domingos o que jugador objetivo ponga la próxima cita para jugar al Magic... aunque eso de poner el lugar sea una cuestión simbólica: ¡el 90% de las veces sabremos que es en su casa!
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